Introducción al Servicio de Mesa y Protocolo

>> viernes, 28 de enero de 2011



Los buenos modales, dependen en gran parte de las costumbres compartidas en ciertos ambientes, de las reglas de convivencias respetuosas y tolerantes con las diversas idiosincrasias.

El protocolo es la institucionalización del ceremonial y la cortesía. En cualquier acto social, se requiere el cumplimiento de formalidades, así como desenvolver un determinado orden y observar un conjunto de reglas.

Normas básicas:

Arreglo de la mesa

Cuando se pone la mesa hay que tener en cuenta que cada comensal, para sentarse, y comer cómodamente debe disponer de un espacio de 60cm como mínimo. Si la mesa es demasiada pequeña es aconsejable preparar una mesa mas pequeña puesta con cuidado para que los que se sienten a ella no tengan la impresión de estar aparte.

Se dispondrán los platos, cubiertos, vasos y todos los demás objetos que constituyen el servicio de la mesa, según un esquema fijo. Cada objeto tiene una función y un sitio concreto.

Lógica y simetría son las palabras que mejor definen la manera correcta de poner la mesa. Procurar que los platos, vasos y cubiertos estén perfectamente alineados para no romper el orden y la armonía propios de una mesa bien puesta.

El plato se coloca en el centro de cada sitio, a pocos centímetros de distancia del borde de la mesa.

Cubiertos:
·         El o los cuchillos a la derecha del plato, con el filo hacia dentro es decir hacia el plato.
·         La cuchara a la derecha del cuchillo.
·         El tenedor a la izquierda del plato.
·         Los cubiertos de postre horizontalmente delante del plato.
·         Cuando existe mas de un plato en el menú lo correcto es utilizar los cubiertos desde afuera hacia adentro.


Cómo servir la mesa

Normas básicas de la comida con invitados:

El servicio debe moverse de la forma más rápida y silenciosa que sea posible; la persona que sirve deberá tener cuidado de no golpear los platos y de que no se caigan los cubiertos, y no tomará parte en las conversaciones de los comensales.

Todo lo que se sirve en la mesa, no debe pasar directamente de mano de la persona de servicio al invitado, sino que ha  de presentarse siempre sobre una bandeja o una fuente.

Los platos se colocan por la izquierda y se quitan por la derecha. Las dos operaciones son casi simultáneas. La bandeja se ofrece por la izquierda del comensal, la persona de servicio la apoya sobre el brazo izquierdo protegida por una servilleta doblada, y la presenta ligeramente inclinada hacia el comensal. Los cubiertos para servirse deben tener las puntas hacia abajo y los mangos hacia el comensal.

Los platos usados no se cambian hasta que todos los comensales no terminen de comer. Tampoco se empieza a servir un plato si todavía no se ha cambiado el plato a todos los invitados.

 Posición de los invitados en la mesa

Antes de decidir el lugar de la mesa más conveniente para cada uno de los comensales se deben elegir bien los invitados, de forma que al reunirlos sea ya garantía de éxito. En otras palabras, es necesario tratar de reunir alrededor de la mesa a personas que sean afines por sus ideas, tendencias y educación, de modo que surja espontáneamente una atmósfera de cordialidad.

Resulta casi inevitable que entre los invitados existan diferencias de edad, origen y gustos; pero estas diferencias son fácilmente salvables si hay un tema común que pueda constituir motivo de conversación. Por eso debe evitarse invitar a una comida a personas cuya falta de simpatía recíproca sea conocida o entre las que no existen buenas relaciones. Además de poner en una situación desagradable a las personas en cuestión, se correría el riesgo de que se forme un ambiente de tensión que haría sentirse incómodos a todos.

Si la mesa es rectangular, la dueña de casa, a la que le corresponde el puesto de honor, se sienta en uno de los extremos de la mesas. Frente a ella, se sienta el dueño de casa, o, en su ausencia el invitado más importante.

Si la mesa es redonda o cuadrada, los dueños de casa se sentarán en el centro uno frente al otro. En general, la anfitriona elige entre los dos puestos de honor el que está frente a la puerta, con el fin de vigilar cómodamente el servicio. Si se tratara de una comida sin servidumbre, se ubicará, en cambio, en el puesto más cercano a la puerta o al mueble donde se deposita el servicio, para no molestar a los invitados con sus idas y venidas.

A la derecha de la dueña de casa se sienta el invitado de más respeto; y a la izquierda, el segundo en importancia. De la misma forma, a la derecha del dueño de casa se sienta la señora más importante, y a la izquierda, la que lo es un poco menos, y así sucesivamente, pero alternando siempre si es posible un caballero y una dama.

Hasta aquí todo parece bastante fácil y claro. Pero, cómo juzgar la importancia de un invitado? Ahí es donde empiezan las dudas y las complicaciones. Si se trata de alta jerarquía oficial (eclesiástica, política, académica, etc.) su importancia con respecto a los demás invitados, resulta evidente; pero prescindiendo de estos casos, no muy comunes, hay que tener en cuenta los siguientes factores:
·         Posición social y títulos profesionales
·         Edad (los ancianos están considerados como invitados de mayor consideración que los más jóvenes)
·         Grado de intimidad entre el invitado y los dueños de casa ( el invitado con el que se tiene menos confianza ocupará un puesto más importante que el amigo de la familia)

Con respecto a las damas, además de la edad y la posición social deberá tenerse en cuenta el estado civil. Cuando una pareja invita a otra, la señoras deberán sentarse en frente, a la derecha de la dueña de casa se sentará el invitado, y a la derecha de la invitada el dueño de casa.
  
El lenguaje de los cubiertos

La posición en que se dejan los cubiertos, indicará si ya se ha terminado de comer o solo se está haciendo una pausa. En caso de pausa, los cubiertos se colocan sobre el plato, formando un ángulo. Al terminar, uno junto al otro, paralelos, y con las puntas hacia adentro ó hacia el centro del plato.

Invitado

Cuando acudimos a un acto como invitado, debemos comportarnos de una forma correcta. Aparte de la pautas que aquí se puedan dar, debe mantener siempre su naturalidad. No fuerce sus modales. Hay que ser distinguidos y elegantes, pero sin hacerlo notar. 
"La mejor elegancia, es aquella que no se nota".
 Anfitrión

Las principales funciones que debe cumplir un anfitrión son:

1.   Recibir. Estar siempre al cuidado de las personas que llegan, para darles la bienvenida. Saludarles y conversar unos minutos. No alargarse en la conversación que para eso habrá tiempo, y no es correcto tenerlo demasiado tiempo a la puerta o en la entrada de cualquier lugar.
2.   Presentar. Durante el desarrollo de la velada, los anfitriones se encargarán de presentar a los invitados entre sí. Es una costumbre, no por ello obligatoria, que los caballeros presentan a sus amigos, y las señoras a sus amigas. No obstante, está costumbre está totalmente liberalizada y se puede obviar perfectamente.
3.   Conversar. Los anfitriones deben estar siempre atentos, para que sus invitados no estén en grupos de silencio. Deberán ser capaces de establecer conversaciones, de introducir temas para los mismos e incluso de ejercer como "moderadores".
4.   Despedir. Estar siempre dispuesto a despedir a los invitados que se van, y "sondear" la opinión de los mismos respecto de la velada. Agradecer su presencia y enviar saludos cordiales a quienes no pudieron asistir.
  
Amén de estas funciones, hay otras muchas facetas de los anfitriones que no dejan de ser importantes como evitar que falte vino en las copas de los invitados, servir en algunas ocasiones, etc..

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